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July / 15 / 2024

Declaraciones – Ecologías Políticas Justas y Plurales: Tradiciones y Futuros

By: El Colectivo Editorial de JPE

Abstract

Declaraciones – Ecologías Políticas Justas y Plurales: Tradiciones y Futuros

En la página web de la sección Grassroots del Journal of Political Ecology se han publicado 14 declaraciones breves de alrededore de 1000 palabras. Estas declaraciones son provocaciones para pensar en las tradiciones y futuros justos y plurales de la ecología política. Para esta iniciativa, el Journal of Political Ecology se unió a otras dos revistas: Ecología Política (Barcelona) y el Journal of the Geographical Association of Tanzania. Se trata de un primer esfuerzo para motivar reflexiones sobre la amplitud y pluralidad de la ecología política; un ejercicio que esperamos continúe alrededor de las reuniones de POLLEN 2024.

Las declaraciones que han sido publicadas son autoseleccionadas y no reflejan de ninguna manera toda la gama de ideas de la ecología política. La mayoría de les autores de estas declaraciones están ubicados en Europa y América del Norte, pero la mitad de los artículos están escritos o coescritos por ecologistas políticos que vienen del “sur global”.

Todas las declaraciones aquí publicadas presentan a la ecología política como una tradición de pensamiento progresista y crítica, pero también como un campo con deficiencias. Por ejemplo, Alex Dunlap considera que la Universidad Liberal, donde se produce gran parte de la ecología política académica, es una institución que propaga la violencia y el terror. Dunlap nos motiva a preguntar: ¿Por qué los ecologistas políticos no transformamos las instituciones para que se ajusten a nuestros objetivos, reduciendo la huella de carbono, produciendo alimentos de forma sostenible, etc.? Por su parte, Simon Batterbury y Diego Silva señalan que los académicos de los países e instituciones del norte global publican sus artículos en revistas corporativas con ánimo de lucro. Estas revistas producen enormes beneficios económicos a cambio de altos costos por el acceso a sus publicaciones, haciéndolas inaccesibles a la mayor parte de las universidades y académicos del sur global. ¿Por qué no publicar nuestro trabajo en revistas de acceso abierto?; ¿Por qué no cambiar los protocolos de revisión y promoción en nuestras propias instituciones para no vernos obligados a publicar en revistas que generan enormes ganancias para cinco editoriales? Batterbury y Silva presentan al Journal of Political Ecology como un ejemplo de forma de publicación alternativa, convivial y no capitalista.

Muchas de las declaraciones publicadas en Grassroots presentan genealogías conceptuales y proponen diálogos con enfoques específicos. Antonacci, por ejemplo, argumenta que “se necesita una ética de síntesis” para que la ecología política adopte enfoques de “Ecologia-Mundo” y viceversa. Jean-Phillipe Venot propone un retorno de la ecología política a su compromiso con la investigación participativa. A pesar de algunas complicidades con las estructuras de poder, este tipo de investigación tiene los mismos objetivos de compromiso y cambio social movilizada por los académicos que trabajan con movimientos sociales. Una ecología política plural debe ser más abierta; una ecología política justa debe ser más selectiva.

Las diferencias entre los lugares y métodos de producción usados en las declaraciones publicadas están enmarcadas en tendencias filosóficas y escuelas de pensamiento que están informadas por visiones culturales particulares. Por ejemplo, la multiplicidad, la heterogeneidad y la pluralidad son cualidades promovidas por los enfoques poscoloniales, decoloniales y ontológicos. Estos son enfoques que buscan desestabilizar las afirmaciones universalizantes del pensamiento científico moderno y occidental y que dan cabida a construcciones alternativas del mundo. Entre los colaboradores que trabajan en esta dirección se encuentran Sophie Haines y Sara de Wit, Carlos Tornel, Rosabel Sotolongo y José Sánchez.

Con sus ojos puestos en la crisis climática actual, Haines y de Wit se preguntan: ¿Cómo emergen y circulan las ideas científicas y las narrativas dominantes sobre el cambio climático, y cómo interactúan con otras formas de ver y conocer el mundo? Haines y de Wit cuestionan el énfasis actual en el conocimiento biofísico del cambio climático argumentando que este tipo de abstracciones cede ante la complejidad, la hibridación y la traducción cuando se aborda mediante una investigación de campo cercana y sostenida.

Pretell sostiene que afirmaciones sobre la coherencia de la ecología política latinoamericana deben ser matizadas por las voces indígenas y feministas. Zanotti y Naveen ofrecen una revisión sofisticada de las tendencias dentro de las ecologías políticas feministas, coincidiendo con Pretell en que se debe poner en primer plano los conocimientos indígenas y locales, así como los enfoques y métodos descolonizadores arraigados en el cuidado y la esperanza.

Después de señalar varios debates en el área de la ecología política, Carmen Sera-Penker se pregunta: “¿Cuánto tiempo más podemos dedicar a decidir cuál es el concepto más relevante o más respaldado que debería aplicarse para actuar contra la crisis ecológica?” Hoy en día, la producción de conocimiento en el contexto de los movimientos y luchas sociales es un rasgo distintivo clave de lo que los autores llaman ecologías políticas del Sur, o ecologías políticas latinoamericanas. Mirella Pretell Gomero sostiene que las ecologías políticas latinoamericanas comparten una base intelectual anticolonial que puede centrarse en la exploración de “cómo se construye la identidad indígena a través de la vida cotidiana material y colectiva de las mujeres indígenas que hablan desde sus propias experiencias y contextos vividos”. Denisse Rodríguez sostiene que las ecologías políticas plurales y justas emergen del “diálogo de saberes” que es cuidadosamente cultivado por los movimientos sociales y las comunidades en resistencia. Esta pedagogía radical, la cual está presente más evidentemente en América Latina, debería reproducirse entre actores e instituciones más privilegiadas del Norte Global.

Más allá de la visión de futuros justos y plurales, Bluwstein y de Rosa defienden la necesidad de analizar los futuros ecológicos bio y necropolíticos que ya se están gestando en la actualidad. Según ellos, una ecología política del futuro podría ayudarnos a desenterrar los fundamentos, las estructuras, los discursos, los procesos y las formaciones sociales actuales que dan forma a trayectorias futuras específicas, y que probablemente se afianzarán en ausencia de una resistencia y una reversión exitosas.

En conjunto, estas declaraciones nos recuerdan que las ecologías políticas se generan a través de relaciones sociales productivas distribuidas sobre campos de poder, conocimiento, temporalidad y desigualdad. Debemos considerar estos campos cuando forjamos colaboraciones, formulamos proyectos, generamos datos, publicamos resultados y utilizamos ese conocimiento para enfrentar desafíos políticos, económicos y ambientales.

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